Long time a go

Después del temascal más brutal al que he asistido (fueron 70 piedras y más de cuatro horas) se me acerca un hombre viejo, de la raza Dakota y me extiende la siguiente invitación, parafraseo:

Después de los 140 eres inmortal. Cada siete años rejuveneces dos. Si te fijas, mi apariencia es la de un octogenario, sin embargo tengo 270 años. Haz tus cálculos del tiempo recuperado. Sin embargo es terrible. Cambias de culturas, formas, y lo más doloroso, de personas. Se van muriendo tus hijos, tus amigos, tu familia. Esquivar el tiempo, nunca lo dijeron Los Mayas, es de lo más fatigoso. La apariencia es una repetición. La muerte es la renovación de dicha repetición, el medio tiempo. Los Mayas son los caminantes del tiempo. A mi me enseñó el camino, el circuito atemporal un hombre de 1500 años. Ahora aparenta cincuenta y, según sus cuentas, cuando aparente 35 llegará la gran renovación. Yo te invito a morir sin nacer. Soy Dakota y he sido un curioso por más de 190 años. Un aprendiz constante de los antiguos, que de antiguos no tienen sino el conocimiento. Ellos son el ahora y el mañana. El mundo no está diseñado para nuestros hijos y nietos, como se dice, está diseñado para los antiguos, para los que permanecen y caminan al origen. Sólo los inmortales seremos parte del destiempo que deviene. De la calma y el cansancio que se acerca. Sólo nosotros libraremos la forma y la muerte constante de la que se alimenta el universo. Ven, te invito.

6 comments:

Pío Daniel said...

Balle navi warrior esperanto esperanzador, estas palabras que compartes es lo que esperaba leer este domingo tan triste cuando pierde nuestra selección...graxias bro-.

mar adentro said...

¿Cuántos años tendré yo? ¿Cuándo seré alimento del Universo?

Franco Félix said...

Ya lo sabía, ese hombre con pantalones de piel que dice ser tu padre en realidad es tu hijo. joer.

overcast said...

bueno alivianar un triste domingo, como el de garibay. un abrazo para el hombre escalera, leviatán de amor. otro para el secretísimo bruno. y uno, para morirme un ratito, al mar profundo.

venecia lopez said...

Ay, como aquella conversación con Rocío ¿recuerdas?, en el caótico café, ella decía que era antigua, que tenía muchos, muchos años y que nosotros en realidad éramos unos chavalitos. Creo que tenía toda la razón.

Un beso.

overcast said...

Polilla tenía toda la razón. ayer me lo confirmó en sueños.
Un beso, mexicanita de la Londres.