Latrodectus mactans

Había ocurrido uno de esos sueños en los que desciendes por túneles que se van embrollando por interminables vacíos. Un sueño que me vertía en un vaso negro y sin fondo. Un sueño en el que ella me hablaba desde un lenguaje ciego. Invitándome a caer, como siempre.

Ayer hablaste dormido Roberto. Dijiste: Tas loca viuda negra.
Neta, ayer soñé contigo. No lo entiendo.

Salí a la calle después de haber desayunado un huevo catóta; así le decía ella a los huevos con yema o tibios.
No teníamos pasta de dientes así que imaginan lo poco susceptible en su aliento. Noté que el vejete del abarrotes le hablaba de lejitos. Una pasta de dientes, le dijo. Sonrió apenas. Pinche cabrón, pensé.

Delante de mí mismo, cepillándome las muelas y asomándome a la profundidad astillada en mis iris, empecé a maquilar la idea de aquel sueño en descenso.

2 comments:

Franco Félix said...

ay, esas negras. oye, quién eres tú, la mactans descendiendo, el cable natural con el que baja, la presa, el que observa, la trampa?

overcast said...

soy el viejito del abarratos bro. je. a malaya ser el hilo del descenso.