Mi hermano artista conceptual?





La siguiente viñeta ficcional fue realizada para la expo: "La metamorfosis de los otros" de Carlos Iván Apio.

Soy un chaval que habita en Ciudad Extremo. Un chaval intoxicado de nickelodeon y red. La casa en la que vivo está habitada por dibujos extraños: el de mi padre, por ejemplo, que trabaja en una sala de videojuegos como botarga de pikachu. Mi madre, que vende peluche y pelucas a las afueras de un tianguis polvoriento. Pero el que se lleva las palmas es mi hermano Goyo, él es el dibujo más insólito.

Goyo dice frases flotantes, a la menor provocación, como las siguientes: “Las salamandras son raíces de sahuaros”. “Godzila vomita garras sobre el desierto mientras aves de rapiña picotean su espalda”. “El paisaje está lleno de ratas y células”. “Ramón Ayala es un teletubie negado con piñones”.

Mi hermano está todo el día inventándose frases flotantes. ¿De dónde sacas tanta cosa? Le pregunto, mientras mastica apios o limpia su sombrero rosado. “Los árboles sufren los ataques epilépticos más lentos”, me responde.

Mi padre dice que fueron los ácidos, que tomó en los setentas, los que han venido ahora a explotar en la cabeza de Goyo. Recuerdo que mi hermano era diferente. Más chico iba a bailes de música norteña y era aficionado a tocar el bajo sexto. Le gustaba regalarme, a mí que era un crío entonces, dinosaurios de plástico. También fue un excelente jugador de videojuegos. Nadie ha podido romper su record en el pokémon que está en el trabajo de mi padre. Hasta los inventores de ese mundo virtual vinieron a conocerle un día desde el Japón.

En casa hacemos como que no Goyo no existe. Nos limitamos a apuntar sus frases por recomendación del siquiatra familiar y del vecino. El siquiatra dice que tal vez mi hermano está tratando de comunicarse desde un lenguaje que él mismo se ha inventado. “Tal vez”, dice a mis padres, “su hijo es un artista conceptual”. Luego el vecino, un tipo de peinado rarísimo al que le decimos brócoli, nos paga a diez pesos cada nueva frase que Goyo acuña. Brócoli asegura que mi hermano ilustra su imaginario.