Entresuelo para odradeks elementales

A las primas poéticas

ahora que la penumbra
del piso es descaradamente fría
y los vecinos riñen
golpeando las paredes

ahora que la cama destendida
parece un animal moribundo
y las porciones que cocino son individuales

ahora que el café alcanza para 3 tazas
y el insomnio apaga la tele
y la basura se apila como un agua silenciosa

ahora que el cartero oprime
la descomunal chicharra en el timbre
para surtir buzones con glaciales estados de cuenta

ahora que los cuadros pendientes
son la vida y el ascua constante

ahora que todo es inútil y hermoso
y afuera un trompetista enreda al silencio

ahora que entro a la estreches de la memoria
y no al légamo malcriado de calor y polvo

no a mi saudadosa percepción de la lluvia

ahora que entro al rumor
que dejaste colgando en los armarios del mundo
y que por fin me pierdo

como se pierde un extraño entre la muchedumbre
como el turista secreto
que visita una ciudad sin nombre

ahora que ingreso
a un cuerpo sin ti
y que sin embargo es el tuyo

oscuras compañías rondan y
se inflan liberándome

Martha

Me gusta recordar el olor a mazapán
en las bolsas
de mi madre
Ese esófago para cosméticos
Ese regazo para volver al mesabanco de la infancia
A la tranquila melancolía de irse apagando
por la tarde mientras esperaba en la banqueta
a que ella llegara del trabajo
y abriera sus bolsas y me trajera un esniker
una paleta de limón

welcome

(pongo frijoles y en lo que están voy al café Internet y te dejo esta bienvenida desde lejos)

cuídate de las cabezas herrabundas de los polis

cuídate y lleva un abrazo a los carnales y carnalas que caminan entre el bendito polvo de allà y tòmate un cahuamòn con ellos

para variar, por acà, llueve.

Sea monkey

un Sea monkey me hará regresar al polvo

pronto

he caminado tanto y ha sido inútil

desaparesco entre gente y supuesta

multicultura

llego a casa

a esta casa (piso)

cocino con V

bebo café o vino

y me siento cansado

V me mira y en la tele

comienza padre de familia

acá todos se matan a martillazos

y yo amo

el cuerpo

los labios tibios

de V que comienza a quedarse dormida

llueve

el ritmo de las delgadas gotas

parece un jazz de Johnny Hartman

abrazo el cuerpo de V

que está en otra parte

lejos

por fin le alcanzo