Anoche


A Óscar Benassini

Hace unos años conocí a un italo-mexicano que lleva un tiempo por Sonora. Pronto dejará el desierto (no sin recuerditos). Cuando recién me presentaron a ese barbón con doble nacionalidad y una historia de vida propia de James Bond (aunque nació en la isla de Pantelaria, pronto, junto a sus padres, emigró a la contigua isla de Sicilia, lugar donde pasó su primera infancia. He notado, a mi ahora amigo italo-mexicano, como recuerda, con evidente nostalgia, el brillo inenarrable, así dice él, del mediterráneo) pensé que se trataba de un tipo odioso con aires de exiliado. Dudé que fuera una persona agradable o medianamente humilde. Su aspecto es, todavía, el de un hombre que ha pasado noches largas en un cuarto más oscuro de la cuenta. Un hombre con mirada llorosa pero con ánimos de enano. El clásico sensible al que las mujeres hacen guiños y se llevan a casa. Total, el italo-mexicano, con el trato y el tiempo, resultó ser una buena persona, fina, o como decimos por acá: a toda madre. Lector voraz de literatura francesa, principalmente los simbolistas, y de literatura Alemana. El tipo resultó ser uno de los mejores conversadores de los últimos tiempos, según wikipedia. Un amigo al que le respeto y le agradezco que escriba narrativa y, a veces, elabore los cuadros abstractos más sugestivos que he visto. El italo-mexicano, escritor, pintor y algo de músico, es pues, un buen tipo.
Desde un tiempo a la fecha somos asiduos visitantes de la cantina Pluma Negra: antro hediondo donde hemos discutido temas varios, pero sobre todo nos hemos emborrachado, reído y en ocasiones, las menos, pasado las horas más irrelevantes de la historia.
Anoche (a mi buen amigo italo-mexicano, escritor de abismos que tubo que emigrar al lugar más inhóspito, el desierto de Sonora, con su madre a inicios de la adolescencia (su padre fue asesinado en Kosovo) por el constante asedio de la KGB) en el Pluma Negra, esa cantinucha virulenta, al todavía joven lumpen conocedor de literatura francesa y alemana, a mi amigo italo-mexicano, un borracho pesado (de los que también suelen visitar el Pluma Negra), un borracho entre cholo y vaquero, entre estúpido y monstruo, le estrelló un ladrillo en la nariz.

6 comments:

mar adentro said...

ouch!

Franco Félix said...

jajaja. seguramente se lo merec�a- Lo que pasa es que de tanto en tanto el muro le cae despacio. Primero un ladrillo, luego todo Camus y todo Sartr� y al final los simbolistas. Un saludo al compita �se.

hey, publicar� esta cosa del juego.

overcast said...

no se lo merec�a mi buen Franz. Por eso hay que patear. ni modo, de tanto en tanto uno tiene que vengarse.

Unknown said...

auch! psss pobre vatito.
píchenle un botellita de whisky para que se le olvide...por lo menos

Paco said...

si es el q creo a mi tmb me cayó mal al principio.

Ahora, nunca he cruzado más de dos palabras con él.

Vamos el sab al PB quiero darte tu mequeado libro.

sinestesia said...

pues nimodo, kien le manda ser un italo-mexicano jejej, lo que no te mata, te jode jsjs. buenaventura!