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Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.
Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.
E insisto:
estoy contigo.
Los innegables títulos del adiós
abandonan entonces provisoriamente sus derechos.
Y nuestras manos se aquietan
en las equidistancias de estar juntos.

Roberto Juarroz

2 comments:

viajer@s said...

que melancolía. bello.

overcast said...

Ale. Un abrazote y cuidado con los techos. Lindo Macrol.