Al desgano con cariño

A veces pasa: uno se tiene que morder la nuca para no salir armado a matar el horizonte.
Pasa la vida que se resume en la línea de trazo que va dibujando un pájaro infalible. Un pájaro, gota del día.
Pasa que la existencia es sumario del ocultamiento. El borrón opaco de un tren anónimo.
Pasa, no pasa nada. Intrusos que orinan la banqueta de tu casa mientras duermes.
Un alegórico, público desamparo. La distancia que envuelve el cuerpo de quien se ama y, sobre todo, de quien se ignora.
Pasa que el enemigo más sofisticado habita en el espejo de tu sala y le gusta que seas tú quien le cepille el cabello. El que le compre fármacos y aislamiento.
Pero también, chingado, pasan los nubarrones y dejan limpia la tarde, las calles. Y la historia, de nuevo, puede ser contada.

4 comments:

Alfonso López Corral said...

Gracias carnal. Es cierto, pasan los nubarrones y dejan bien limpia la calle. ¡Qué bonito!
Un abrazo gigante.

venecia lopez said...

¡qué bonito, sí! me sumo al abrazo, chicos. los quiero.

cuchillodearena said...

sangro por las rodillas...
viva el desgueín!

MARS said...

nombre...
este texto, me gusta, tanto o más como puede gustarme la nieve de vainilla..