Ocio de lunes y hambre



Gran sorpresa en las tiendas de un Chino. Isla de remate con libros de la editorial Mondadori. Daniel Chavarría (1933), un ciudadano Uruguayo, un escritor cubano que me trae (aun) persiguiendo la bicicleta de Alicia.
Adiós muchachos (Barcelona, 2004. Ganadora del Edgar Allan Poe) una de las 10 novelas que compré en el market del chino en lugar de comestibles.
Por las tardes el cuarto de Turkoglov es cálido. Las ventanas son grandes y dan a un pequeño balcón. Hoy me senté en ese balcón desde las 5:00. La luz caía luminosa en las hojas de Adiós muchachos. Para las siete de la tarde, la luz más delgada aun conservaba una luminosidad reveladora, terminé la novelita sintiéndome animoso, vital.
Después vi la película Death at a funeral (Frank Oz, Reino Unido, 2003). Cuando me carcajeo siento que estoy al revés. Es difícil de explicar. Abro tanto la boca y mis risotadas son tan fuertes que desbordado (invertido con respecto a la naturalidad simple de sonreír, lamentarse o estar inmutable) mi contracción en el vientre se me figura un evento de transformación. Como si la fiesta que soy a veces saliera de su casa escondida y con toda desfachatez anunciara su pachanga escandalosa. Bueno, el filme es una hilarante comedia negra que me puso al revés casi la hora treinta minutos que dura.
Una novela estimulante fumada en una tarde cálida y una película divertidísima no quitan el hambre. Turkoglov me recrimina y pide le explique cómo fue que no compré un solo comestible.

4 comments:

venecia lopez said...

que maravilla saberte del revés y persiguiendo bicicletas. oh, suena complicado.

besos.

a por comida, chico!

overcast said...

a por comida, sí. un cevichito. vienes?

Oscar said...

unas tostadas con mayonesa, de esa que tanto te gusta.

overcast said...

hay óscar. racimo de ligas salvajes.