Historia triste


A los hígados Steve y Estela les encanta asimilar alcohol (esa ardua, dura tarea) juntos. Sus cuerpos les llevan, con el pretexto más insignificante, a restaurantes y lugares apartados. Steve y Estela, dos de los mejores hígados que ha conocido el narrador.
El cuerpo que aloja a Steve es flácido y torpe. Steve sabe que no durará mucho. En cambio Stela es un hígado nuevo. Digiere alcohol como ningún otro, piensa Steve. El cuerpo que aloja a Estela es ágil, pequeño y propenso a la juventud.
Los cuerpos de los hígados no importan. Basta decir: a veces se rosan los hombros. Se miran. Se saben propensos a ellos mismos. Las noches que se ven no alcanzan para que Steve y Estela queden mínimamente satisfechos.
Steve y Estela, mientras digieren alcohol, planean un plan maestro que los libere de aquellos cuerpos tan fofos y proclives a desaparecer.
Los hígados compañeros, en la próxima cita, saltarán, así lo han planeado, de sus respectivos costados y cuando lleguen al piso. Ay, cuando lleguen al piso.

12 comments:

venecia lopez said...

No! se los comerá el perro.

aciid said...

saldran corriendo y viviran felices para siempre ...JA!
seguro

aciid said...

me gusta mucho tu blog..

saludos!!

overcast said...

gracias acid.
un perro. jeje.

bruno. said...

Te invito a mi blog. Y que quede constancia que fue por una pregunta tuya. pues allí está. Nos estaremos viendo por estos lares.

Omar Bravo said...

La alferesía, Ivan. La alferesía.

Apenas me atrevo a mencionar esa palabra.

nicolececilia said...

oye, guapérrimo. el viernes hay un megaf-iestón para mi despedida (me voy de mexico por 4 meses) y la de dos amigos que también se van. quiero mandarte la dirección para que vayas e invites gente, pero no tengo tu mail. porfa escríbeme
nicolececilia@gmail.com

beso
nicole

jose fá said...

Omar, no te atreves y lo haces dos, muy bien (¿alferecía?)

Iván... se me ocurre que pudieran tener un cómplice estos hígados que los ayude a vivir juntos para siempre y haciendo lo que les encanta... ¿qué tal un frascote lleno de alcohol donde se les vea flotar como ahogados dulces?

V: conocí un gato que amaba comer hígado

bruno. said...

cuando lleguen al piso será por tanto alcohol.

estamos pendientes con lo del curso para noviembre.

vale.

overcast said...

estamos en eso Bruno. Y lo del frasco josefa. sí, sería lindo que se miraran hinchados en una repisa contenidos en alcohol. ese era (es) el final.

Omar Bravo said...

Un final muy dulce, sí.

Pero tengo que decirte que en materia de hígados (y algunas otras víceras internas), yo lo prefiero, más que como protagónista de dramas amorosos, encebollado.

Pina said...

Anoche los vi en un super, en el Ley Vigía. Estaban en oferta. Nadie los quiso y estaban a punto de parar a donde dice la Vene.