Odiador III

a Franz
Nadie diría que ese hombre esbelto y con gafas (dentro de lo que cabe, guapo) es tu odiador. Y es quizá porque no imaginamos por némesis a un hombre que juega futbol en alguna playa del sur en compañía de amigos excéntricos. No, generalmente aquel que nos odia (y odiamos) habita las recamaras más oscuras de nuestros pensamientos.
Imaginamos al odiador bajo una lluvia implacable, acabado. Tal vez moribundo por alguna enfermedad infecciosa, en el peor de los casos, cáncer o sida.
El día es soleado y hace un aire agradable. Tu odiador acaba de anotar un tercer gol, el de la victoria. Ha venido Rosario (aquella chica de ojos verdes y buena nalga que te gustaba en la secu) a ver las celebraciones del equipo, pero principalmente y en secreto, la de tu odiador (por quien siente un afecto que la llevó al mar ese domingo sin importar el examen de filología que tendrá mañana). Rosario advierte el sudor en el pecho del innombrable. Advierte su sonrisa llena de boca. Encuadra el momento con el mar y lo tatúa en su memoria. Rosario ha dejado el embrión de su enamoramiento en esa playa. De aquí se desprenderá una historia más interesante que la tuya con el goleador del equipo. Una historia en cuyo principio habrá dos cuerpos jóvenes y desnudos envueltos en la arena.
Noche de fogata larga. Alguien mira el deslumbramiento insólito del fuego. Dentro, en el ojo de la llama, te imagina habitando la recamara más oscura de sus pensamientos. El mar sombrío golpea cerca.

3 comments:

Navo said...

Pura Olivares!!!


salud, carnalito, desde chiapas
NAVO

overcast said...

aguevooo. pura olivares. saludame al cabezotas y la banda de chiapas. un abrazo mi Navo.

Franco Félix said...

Uh, carnal. Cómo no sería de nuestras mejores noches, si fue el principio de ese enlace que tenemos ahora. Ahí estabas, tocando, cantando, un payaso envinado bien estilero, me caías bien desde entonces, y sí fumamos un chingo de sativa para conectarnos todos. Aquí estamos, esperando el umbral de luz. Pronto nos comeremos una pasta y charlaremos con vino, pronto, pronto.

un abrazo.