Amanece

"nos sumergimos en la música como en el mar y allí podemos perder nuestra identidad en un acto continuado de identificación con lo otro (...) la experiencia musical nos sitúa en esa posibilidad de plenitud de sentimiento donde el yo se desvanece en sonido."
Margarita Schultz

Pasaron la noche dando guitarrazos. Cantaban del infaltable y uno que otro, mal entonado, parecía aullar al alba. La mayoría, ya sabes, cerveza. Estaban también los que bebían jai boles y miraban la lumbre de la fogata como si se tratara de pasadas concesiones: cursilería, rostros antiguos, palabras prohibidas que se iban consumiendo, nunca.
El odiador les escuchaba sintiendo unas ganas de verte mal, jodido, tirado en la esquina de Serdán y Madero. Orinado al lado de sarnosos canes. Soñando mejores tiempos. Soñando el ahora que le has robado. Duermes del lado izquierdo de la cama mientras tu odiador se arranca con una del infaltable. Ni el narrador sabía que tocara tan bien la guitarra el abominable cabroncete. Canta y se olvida de ti. Tú, del lado izquierdo de la cama, comienzas a tener una larga y espesa pesadilla.

4 comments:

mar adentro said...

No, no quiero que el odiador me persiga, no quiero que se adentre en mis sueños. Me da miedo.

Franco Félix said...

qué loca está lorena, de verdad. este odiador me está simpatizando mucho. quiero seguir leyéndolo.

overcast said...

mar adentro de los sueños. siempre es bueno un odiador que nos cuide de nosotros mismos.
brunos, abrazote, te la estás rifando con el jale. creo que habrá más odiador.

Botarga said...

y se toman un gran vaso amargo de ridiculez agena..y te levantas con dolor de estomago.. mucha sed. mal sabor de voca..que weba.

saludos.