Sábado

Ay Manuelita, cada vez estás más fea. Basta ver las fachas que llevas. Por qué no te gustan las falditas y los zapatos acá? Por qué no te arreglas el cabello o de perdida te pones una diadema? Son chingaderas las tuyas. Luego esas zapatillas horribles.
A como chingas Juanita, tú no eres ninguna princesa. Parece que te vomitaron la cara con esa plasta de maquillaje. Luego el peinado de superputa ochentera. Si yo estoy fea tú eres un montón de pellejos zambullidos a presión en una falda tianguera de segunda. O qué, crees que te vez muy chula?
No pues no, pero de perdida no estoy tan dada a la desgracia como tú, ruca amargada; no agarras nada. Yo de perdida tengo al Gordo que me da pa mis chicles y de repente, ya vez, cae uno que otro trompudo.
Sí, de perdida. Para engancharse a un prieto, panzón, borracho y mariguano como ese una no batalla. Por lo menos yo prefiero dediarme. Y los trompudos, bola de tinieblas y chemos que no saben lo que hacen; además, a mi me valen madre los vatitos que van a las bodas y quinceañeras, no como ustedes, viejas ordinarias, queriendo conocer vatos en fiestesitas pichurrientas como esas.
Uyy, disculpa señorita palacio de hierro. Un pito gordo es lo que te hace falta. Un pito gordo y una buena…
Ayyy, ya cállate. Es más, no iré a esa pinche boda de mierda.
Haz lo que quieras, si no fueras tan fea y culona.

Por la sala vuela una zapatilla negra, de tacón.
Por la sala vuela un cenicero de tekate que se impacta en el espejo peinador.

Ya la cagaste Juanita. Mi ma acaba de comprar ese peinador; apenas pagó el primer abono.
Es tu culpa pendeja.
Lo vamos a tener que pagar entre las dos.
Bueno pues.

Las mujeres levantan los vidrios.
Juanita se corta el dedo índice de la mano derecha.

1 comments:

overcast said...

saludos desde el ruedor devorado por una serpiente cascabel suicida. salud¡ por uno de esos sabados.