Carta de niebla

Carta de niebla

Para: Omar, Alfonso, Franco, Iván, Horacio.

Me digo, silenciosamente resentido y mirando por el rabillo el espejo de una sala inmensa: estoy empañado. Es decir, no es el espejo lo que tiene la pátina de bruma, soy yo, que nada entiendo, la masa que está fuera de foco en esta ciudad en la que apenas llueve.

No sabes, hay un hombre con los ojos profundísimos que habla o que creo que habla sobre la narrative negre i criminal que es publicaven a itália. Y sobre un tal giallo, que es el nom popular per identificar un génere. Hasta aquí entiendo alguna cosa. El conferencista comienza a profundizar en el tema: On el “negre” es converteix en “groc”, y las palabras se van haciendo espirales fonéticas por las que desciendo irremediable hasta que las oraciones emitidas desde la caja tóraxica del tal Mauricio Pisú terminan por ser hoyos en los que me hundo con la elegancia de un saco de papas.

Decido marcharme de La Fraternitat en el Comte de Santa Clara. Al levantarme intento hacer el menor ruido pero es inevitable que se caiga tren nocturno, novela que dejé olvidada en mis rodillas; sí, ya sé, como se puede olvidar una novela en tus propias rodillas. Pues bien, la obra de Amis cae estrepitosamente y suena por toda la sala. Pisú me advierte por encima de sus anteojos y es inevitable que yo le mire y me quede en medio de la fila como venado alumbrado por los faros de algún auto. Reacciono y me siento estupido; tomo mi tren nocturno y salgo por fin de la sala. Después de todo a cualquiera se le cae un libro.

Camino por la Barceloneta pensando en dos que tres personas. Ninguna, seguro, tiene que ver contigo. O tal ves sí.

Una fina lluvia cae sobre el mar apacible y turistas alemanes nadan como si se tratara de aguas termales. Como si este viento invernal se pareciera en algo al viento veraniego que recorre por julio Bahía de Kino. Los miro desde dentro del impermeable y me sacude con más fuerza el frío.
Pienso en mi doble oscuro, en el monólogo del perro, en el recreo de los sordos, en las ciudades del cadáver, en la balada de los múltiples, en mutis, en los cuerpos de marcharse, en las filos del tatuaje, en las fallidas alas de los alacranes y me siento arrancado de toda esa piara de muchachitos ebrios que ahora, tan sobrios, urden o estudian su obra en algún lugar insospechado del mundo. Preparan, ceremoniosos, algún cuento sobre la tragedia latinoamericana o calibran novelas de largo aliento mientras leen sin tregua autores que van apareciendo con la vida como hongos, como arrugas en el rostro. Otros, quizá, fuman hierba o dibujan cuchillos o sabe qué cosa.

Algo me hace sentir, frente a este mar helado como la última sala de espera, que no es vano el intento y que la mejor de las venganzas es concentrarse en lo propio, como diría el pájaro que da cuerda al mundo. Concentrarse de adeveras.

Entonces y sin que nadie lo note veo mi mar. Es un mar con niebla que se va despejando lentamente, muy despacio.

Barcelona, 9 de Febrero de 2007

4 comments:

Omar Bravo said...

ivan, estoy de alguna forma tan dentro, tan desesperada y ciega y terriblemente dentro de mi, que ya no puedo, y ya no quiero.

y entonces envidio tu fe, esa cualidad imperecedera que tienes, aunque no te des cuenta.

me sigo a todas partes, siempre huyendo, y siempre arribo a este astillero a punto del derrumbe, no como dijo el poeta, y si como lo dijo... yo si regreso siempre, yo siempre vuelvo al mismo sitio... voy siempre hacia mi cuerpo, y es una pesadilla a ojos abiertos, es como un perro enseñando los dientes, y soy el perro, y el ojo, y cada pelo erizado de su lomo, y el miedo...

o sera que esta nublado y que tengo ganas de llorar y que no puedo..

un abrazo, para vene tambien.

Franco Félix said...

Dejaré que lo diga otro:

" Al entrar a la gran sala, con una cúpula que se elevaba sesenta metros, lo primero que pensé, tal vez debido a mi visita al zoológico y la vista del dromedario [que adornaba la parte izquierda de la fachada de la estación y representaba los orígenes del boom económico del país], fue que este magnífico, aunque severamente dilapidado vestíbulo debería tener jaulas para leones y leopardos en sus nichos de mármol, y acuarios para tiburones, pulpos y cocodrilos, en contraposición a algunos zoológicos, que tenían pequeños trenes en los cuales podías, digamos, viajar a los lugares más remotos de la tierra.
(...)
Cuántas cosas y cuánto caen continuamente en el olvido, al extinguirse cada vida; cómo el mundo, por decirlo así, se vacía a sí mismo, porque las historias unidas a innumerables lugares y objetos, que no tienen capacidad para recordar, no son oídas, descritas ni transmitidas por nadie. "

W. G. Sebald

Hermano, cuídate de MArta Sánchez, recureda que es un disfraz, si ves al Matas, acompáñalo a Lisboa, les dejé algo en un casillero. Roben el talismán. Lautaro es un posible espía.

overcast said...

Guárdate de quien se alimenta con el perfume del suicidio, guárdate de mí porque la negación ha tocado mi cuerpo.
-Gamoneda

Mi querido y sanguíneo Bravo, como un toro de niebla caliente. Como el fantasma azul de una antigua montaña de Tokio llorando lágrimas enormes y fantasmales en pistas de hielo, hermosas, como ese cuento. Eres el cabrón que le aplaude al desierto por valiente y porque admira quitarse de encima la jodida vegetación con el objeto de mirar más chingón las estrellas.
No hay otro sito para ir que no sea el propio cuerpo, esa astilla rotunda que habla y a veces, escribe (no importan las calidades).

Flaco. no sabes como has salido por acá. El flaco aquel de cantinas que un día me paró el ansia de suicidio acompañándome un poco, siempre. Has salido en canciones de celso piña y de la boca de poetas que miran el parque El retiro en Madrid. Flaco voraz. Donde quiera te esperan las páginas y yo.

Querido F: Kafka está a sólo 30 euros de Barcelona. Las bibliotecas son una locura (todo lo que soñamos leer y más) y Vila no se deja ver por ningún sitio. Demasiado oscuro nuestro odradek. Sigo buscando esa librería donde vivió, aunque sea místicamente, Borges. Se te extraña y requiere en la vida. Ojala pronto el salvajismo acuda a su congreso de casa incendiada.

Un abrazo a todos y de neta, mi admiración.

Saludos al Bennassini que por acá sale tanto en las ramblas.

mar adentro said...

Bien, es un gusto encontrarlos juntos, tan de adentro y tan como si nada...gracias, Iván, por provocar tanto, y ya que Franco no deja poner comentarios, te doy gracias por despertar el alma de todos los que te conocemos.
Que el encuentro sea así, rotundo, que te siga moviendo y que Bartleby aparezca sólo los lunes por la tarde, el resto de la semana, tómalo para ti y para recorrer cada rincón que te aguarda.
Saludos a Venecia, gracias por compartirte, por compartirse.