Frío

Matilde me llama y se queda callada. Como si no reconociera el resoplo de su aliento por el auricular. Luego llega a casa derechito al baño a lavarse la boca. Apenas me ve de soslayo me dice hola y se encierra en su cuarto. Porque Matilde tiene su cuarto aparte. Cuando estoy preparándome algún tentempié, cuando estoy colando café, Matilde sale con ropa de dormir. Me abraza y me dice: Bruno, como te quiero. Le preparo un café con leche y le comparto una porción de mi tentempié (galletas pan crema) Me cuenta su día: entre otras cosas me dice que la ciudad está destrozada, llena de baches inmensos. Como si las calles recién hubieran sido bombardeadas o les hubiera caído una lluvia de meteoros. Me cuenta que los urbanos están cada vez más jodidos y los chóferes más groseros. Que uno de la ruta 15 le agarró una nalga. Que cuando venía por Madero votó tanto que se lastimó las caderas, que tocó con las manos el cielo del camión. Me dice que el trabajo cada vez es más aburrido y sus compañeros no ayudan. Que si no fuera por Miguel se moriría del aburrimiento en la oficina. Yo no más la miro mientras le doy pequeños sorbos a mi café negro y escucho crujir la pan crema que Matilde muerde. ¿Y tú que hiciste? pregunta. Tiré el escombro por la mañana. Eric me dio rait en su pick up. Luego lo acompañé hasta el centro a pagar el agua porque ya estaba vencido su recibo. Comimos tortas ahogadas en el mercado. Matilde me interrumpe. Fíjate que Miguel y yo pedimos tortas también, pero no ahogadas, ya sabes que no me gustan tan grasosas. Estaban buenísimas. Miguel pidió una de pierna y yo una de queso con aguacate. Todos en la oficina comen puras cochinadas. Sólo Miguel y yo pedimos o llevamos comida decente.
Le doy un largo sorbo a mi café negro sin azúcar, como debe ser. Matilde apenas acaba su café con leche y el pan crema, me da un humedo beso en la mejilla derecha y me desea buena noche. Comenta que está rendida. ¿No vienes? Pregunta. No, aun no tengo sueño. Veré alguna película o escucharé un disco, tal vez… Matilde me interrumpe. Bueno, que lo disfrutes. Se encierra en su cuarto. Escucho como le echa llave a la puerta. Le doy un último sorbo a mi café negro que para esas alturas ya está frío. Enciendo el televisor. En las noticias locales dan cuenta sobre los múltiples accidentes probocados por inumerables baches en la ciudad.

0 comments: