Duelo


Una mujer abofetea a un hombre a las afueras de una funeraria. Me pregunto los motivos. Lo más fácil de imaginar es que ese individuo provocó la muerte, tal vez de manera imprudencial, de aquel que yace en la capilla. Pero puede ocurrir que se trate de una historia que no tiene nada que ver con el difunto. Tal vez en ese momento el tipo fue atrapado en una mentira gorda por la mujer. O quizá éste le pellizcó un seno en plena misa y hasta ahora pudo reclamar la injuria la dama conmovida. Lo cierto es que quien recibe la palmada lo hace de una manera soberbia. Con una sonrisita que sale de toda semántica. Una hilaridad minúscula que difícilmente se podría encontrar en los derredores de un duelo como el que se percibe. Personas jóvenes y enlutadas que entran y salen de la funeraria. Ya se va la mujer que abofeteó al sujeto con la sonrisa leve, maligna. Afuera se queda él, apartado.

De Antología funeraria

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