Han sido días extraños. Si no fuera por ciertas personas y momentos diría que he existido en un tiempo aparte, en una realidad desatinada. Van cuatro meses que vivo fuera del seno familiar. Renté un cuarto con muebles ochentenos en la colonia San Benito. A los días de habitarlo me enteré que allí murió, solo, Abigael Bohórquez, el poeta más potente que han dado estas tierras. El lugar tenía un ligero olor a muerte de lírico y se ponía frío por las noches. Yo imaginaba a Abigael en sus últimos momentos habitando la tierra en ese cuartucho grosero. Debieron ser aterradores aquellos latidos fulminantes que acabaron con su vida. ¿Pensaría en algún verso ajeno o propio, en alguna palabra que ahora flota en secreto por ese cuarto ochenteno con olor a musgo y muerte ligera, de lírico? Es extraño. En la misma residencia han muerto y sobrevivido generaciones de personajes extravagantes. Uno de ellos Ricardo Solís (no es un heterónimo de Pessoa), poeta y practicador de saudade. El editor de noches altas, Víctor Hugo B. Margarito Salas, mímico ultimado a cuchilladas por un sordomudo mientras realizaba su acto en la ciudad de Caborca. Rafael Siemprefuegos, vendedor de golosinas agridulces y violador de niñas (actualmente en la isla de Alcatraz). Mariano Sosa, actor porno y vendedor de cobre.
Además de Abigael, en la diminuta patria murió Sofía Salido y su esposo, Miguel “el caradeloco” Guzmán. La pareja se dedicaba a la venta de tortas a las afueras del hospital general. La historia es extraña y no pretendo que la crean: al enterarse que resultaron ganadores de la casa que rifaba el TEC de Monterrey, en un arrebato misterioso tomaron ácido muriático. Sus cuerpos quedaron tendidos con una inquietante sonrisa en el rostro. Menguaron en la misma cama en la que dormí durante dos meses.
Han sido días extraños. Si no fuera por ciertas personas y momentos diría que he estado existiendo en un tiempo aparte, en una realidad desatinada. Ahora vivo cerca de la casa donde murió, solo, otro poeta: Alonso Vidal, a quien hoy creímos ver Venecia y yo. Se nos puso la piel de gallina y recordamos sus frases: “cómo has estado” “Jálate una silla, pillín” “la muerte es la equidistancia perfecta”. La antigua casa de Alonso es hoy una recicladora. Es extraño que en este tiempo a la ciudad (y a mí) le falten personajes como dientes, es ésta una capital molacha. Por ejemplo Omar Bravo, narrador y bañista que ahora vive con el nombre de Steve Wolf en la ciudad de los puentes. Alfonso López, cuentista y payaso que, según últimas versiones, fue raptado por alienígenas en un pueblo Mayo. Rocío Romo, poetiza de ojos como lagos y cuencas malva, que se fue muy lejos, de nada lejos, un día como éste hace cinco años. David Hidrogo, poeta y tótem norteño. Un hombre del que se decía podía transformarse en pájaro. Un pájaro que ahora habita la fría ciudad de Robert Walser. Bili Murillo, vago cósmico del cual no se puede precisar coordenadas. Pio Daniel, filosofo del amor, buscador, serse con los brazos y el corazón abiertos. Erick Bueno, Guitarrista y kafkiano suministrador de tardes, ahora maestro de prepa en Santa Cabora. El odradek de Óscar Benassini: Franco Félix, narrador, chef y galán de novelas independientes en el DF. Donde también edita tempestades. El mismo Óscar, licántropo que actualmente se dedica a lo mismo que su odradek pero al revés. Y la lista sigue. Lo extraño en los días siempre será personal: mi ejemplar de El buscador de cabezas se desintegró, desapareció frente a mis ojos. Mi celular, lo mismo. He chocado un par de ocasiones y me han atropellado una (leve). El carro se ha descompuesto en dos semanas tres veces y estoy seguro que me persiguen chanekes. Así es la vida, me digo, seguro que más de un millón de personas y en distintos idiomas repiten la misma frase.
17 de noviembre

11 comments:

Franco Félix said...

Carnal. seres lactantes que somos todavía, te digo, dejemos esa puta ciudad, como diría el fito paez. Imagíante que las noches desdentadas, albinas, sin ti, cuando haya silencio, cuando esa carcomida anciana pequeña, pigmea, que tanto nos ha dado y que tanto hemos odidado, no tenga más remedio que usar una dentadura postiza. Cuando nadie te vea ahí (otra vez) no habremos parecido cada vez más a tu odiador, impoluto, inmaculado, por no ponerse a llorar.

odradek de odradeks, hagamos una fiesta ya sabes dónde, broder: no hay más cabida. No hay más espacio centrífugo que ése al que estamos condenados.

un abrazo.

Ricardo Solís said...

Y vaya que hace frío en esos cuartuchos... Aunque, si soy sincero, grandes cosas sucedieron ahí, memorables...

Alfonso López Corral said...

Abre la puerta para que pueda entrar a ese departamento y aspirar los alcanfores del adiós encerrado, viciado como aire de catástrofe.
Abrazo desde una cámara experimental donde me tienen prisionero.

overcast said...

S� que hay que marcharse de esta ciudad. Luego volver para tomarse una cerveza en el pluma. Grandes cosas suceden en esos depas, no he podido encontrar un rinc�n tan id�neo para la lectura como el que ten�a all�. La luz entraba justa a iluminar las p�ginas de alg�n libro. Luego ciertas noches de un fr�o calmoso entre s�banas delgadas y compa�a de la buena. Un depa que era un poco la c�mara de gas experimental desde donde escribe el buen clown. Saludos compas.

mar adentro said...

No, no dejes todavía más molacha esta ciudad...deja que se acostumbre a sus noches sin música y sin seres cruzando sus calles, desquiciados, buscando lo que no podía darles.
Yo también los extraño. Saludos a cada uno cuando pasen a leer tu post.

Omar Bravo said...

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhh

. a d r i a n a . said...

No miremos ya el camino por donde se han ido tantos. Sólo de vez en cuando alcemos la mano para decir adiós.
Saludos.

La Sombra said...

Quedé encantada con tu blog...

Oscar said...

y eso que no lo has visto a él, menos en shortcitos verdes, camisa colorida a cuadros y lentes oscuros. 9:00am

overcast said...

no me saques a flote óscar.

Joel García said...

sigo insistiendo en que -como dice mi compadre navo- en cualquier esquina del mundo te pueden partir el corazón... es entonces pertinente dejar una ciudad?? acaso cambiar de pedazo de tierra es un acto catalizador?? puede ser...a webo! si no, hay q preguntarle a los cómplices de crimen q se han marchado... aaahhh pero como se extrañan las ballenas a medio helar y esa escama colombiana del lugar sin límites...Por lo pronto sigo aquí.
Aparcado.
salucita de conejo.