Viernes doble


Es viernes. A estas horas ya llegaron o están por llegar al pluma. Javi seguramente se ha surtido y tiene listos los papeles. Quizá, por fin, se organizó con Duermevela y cada uno está cargado de la brutal mercancía que disfrutarán, a módicos doscientos varos, fotógrafos, editores, poetas, periodistas, alcohólicos y tiradores de poca monta. Gratis para Gigante, Lety, Ema y los acompañantes que quieran entrarle.

Cata duerme a Catito y aprovecha para descansar un poco. Hoy tuvo que terminar el encargo para seño Copete; después de todo ha pagado por anticipado. El retrato le quedó poca madre. Catito no se deja y parece que intuye que mamá saldrá esta noche. Cata hace un circo: toca el tamborcito que le regaló V a Catito, no funciona, el acordeón tampoco, la panza de rana menos. Lo que termina por hipnotizar a Catito es el resumido cuento de Melville, ese de la ballenota blanca.
Un poco adormecida Cata se mete a la ducha y el agua tibia la reconforta.

V hace evidente la torpe ingenuidad de R sobre temas referentes a la plástica tras su estupida pregunta: ¿por qué ya no hay pintores míticos, unánimes? V habla de tiempos distintos. Nombra a Tamayo, a Damien Hirtz y Miquel Barceló. Departen sobre el espíritu de las generaciones. Hacen pequeños resúmenes de Van Gogh, Egon Shieli y Mondigliani.
El hálito chamánico en las pinturas de Kokoschka les parece milagroso. V recuerda la anécdota de cuando Kokoschka intentó vender a un hombre el retrato que previamente le había encargado y al que el pintor decidió hacer con uno de los brazos tullido. El hombre creyéndose timado o que aquello se trataba de una burla, entregó al fuego el retrato delante del pintor alemán. Meses después una extraña enfermedad ataca al hombre y lo deja con un brazo estropeado, el mismo que el pintor advertía en el retrato.

Los primeros pases delatan que aquello se trata de veneno (de la que usa el papa). Gigante ya está pensando en pedir crédito para hacer una bacerola. Javi comienza con sus habituales muecas de los viernes y Duermevela no para de hablar de sabe qué dragón kundalini y mantras infinitesimales. Javi le tira a león y le dice que se deje de choradas tántricas. Se van juntos al mugroso baño del pluma donde gigante fuma con Sol. La marihuana huele a lomo de valle y Duermevela fuma un poco también. Javi, con un antojo que parecen dos, se muerde un huevo.

Después del baño tibio Cata no se lo piensa dos veces. Deja encargado, a su madre en vigilia, el sueño de Catito.

V lanza el humo del camel por una ventana que da a tendales improvisados donde se mecen húmedos, como colgados ensangrentados, camisas y pantalones. R intenta enseñar a V el difícil arte de dibujar volutas con el humo de los camel. Ella de plano no puede hacer volutas de humo. Beben cerveza xibeca evocando a los amigos. Sienten una nostalgia, que parecen dos, del mugroso pluma.

La noche viene cargada. Hoy Franz se liberó de la literatura o la nostalgia, de los amores rotos y los amores enmendados y le cayó de improvisto al pluma. Le acompaña Mastroenni. Vienen de un recital convocado por ñeros amantes de pies de página. Javi les ofrece el primer pase. Hay buen ambiente. Celso Piña le canta a un Macondo que de pronto resulta peligrosamente familiar.

Escuchan Lila Downs, Cafeta cuba, Jaime López, Gotan Project, Andrés Calamaro. Las xibecas ya han subido y V baila moviendo con sabrosura las caderas. R canta y piensa entre ráfagas de lúcida borrachera en Piglia, Pitól, Alberti, Coetzee, Amis, Carver, Bellow y Kafka, sobre todo Kafka; lecturas que ha hecho esa semana de niebla. Luego no piensa nada y se levanta a bailar con V.
Pronto tomarán el metro dirección el muelle. Les espera el rumor del mar cerca de la champañería.

A Javi le quedan dos papeles. Está pensando metérselos él solo. Pero allí está Gigante y Duermevela, allí Sol y Lety y Ema. Piensa que de perdida se quedará con uno y les propondrá un crédito (para que no sea tan de gratis, cavila). Gigante y Ema están deacuerdísimo. Pero también llegó Franz y Mastroenni, que son como aspiradoras enloquecidas. Entre muecas y apretones de quijada, Javi decide que aquellos gramos serán pa la bola. Siente un poco de emoción al verse desprendido del veneno, con lo duro que están los chotas, piensa.

El primer sorbo de champaña les sabe a gloria. Los bocadillos son una delicia. Lo único es que el lugar está atestado, incómodo. No pueden ni mover el rabo pero disfrutan el momento. Es imposible saber qué les pasa por la cabeza en estos instantes.

Gigante da un manazo a un punk borracho pasado de lanza. El punk le dijo a su amigo y entonces Javi recibió un manazo. Vuelan sillas. Vuelan botellas vacías como pájaros torpes de hielo. Aquello es un desmadre.

Cata llega y encuentra la fiesta estropeada. Todos hablan del incidente. Algunos exageren. A Gigante no le pasó nada, a Javi y Franz les han dejado un ojo morado. Dicen que a los punks les fue de la horrible.

A Javi todavía le queda un buen veneno. Se irán al inframundo a beber cerveza tibia. Cata dice que ella pone tres Caguas. Todos hacen muecas, menos Cata que está repentinamente feliz y no le pone.

V y R se acoplan con fresas de Monterrey pero terminan desafinándolos pronto. La champaña les otorga una ebriedad ansiosa. En el último sorbo brindan por Cata, Javi y Duermevela. Brindan por toda la bola que ya está brindando a su vez en el inframundo. Salen del lugar infestado por turistas. Deciden dar una caminata descalzos por la playa. No se sabe más de ellos

6 comments:

Pat said...

Tu blog es realmente bello.
Te dejo saludos desde la fría y maquillada Buenos Aires.
Besos

overcast said...

muy amable Fab. Desde el caluroso segundo desierto m�s grande de la tierra. ac� deseando tanto ir a los buenos aires de su ciudad. leer a borges en alg�n cafecito para entenderlo deveras. a cort�zar, a piglia, a fres�n y a tanto loco de all�. un abrazote.

Flotante said...

si, tu blog es bello. yo te saludo desde mi cuarto a media luz con sonido simpsonesco. No creo que se te antoje venir a casa a leerme mientras te tomas un café...tal vez cuando me vuelva buenos aires. Te quiero!

overcast said...

invite, claro que me tomo un cafesito con la pequeña flotante. sólo que en tu cuarto leería a banana yashimoto. abrazote.

Franco Félix said...

mi muy querido amigo iván ballesteros rojo. Me permito, me doy el lujo de anunciarlo, decir en este espacio tan macabro (por cierto, no sé por qué dicen bello, estas señoritas), que usted es un cabronazo narrando. déjeme enumerar algunos puntos de vista que nada tienen que ver con anotaciones literarias. Conste.

1)la historia, o las historias (¿dos?), para ser exacto, están como un par de tumores golpeados que no pueden sino significar veritas, carne, experiencia. se nota pues, que le encanta la voluta absurda que a veces flota, que a veces vive. No se podría de otra forma escribir así, si no se vive descarnado.

2)La narración sigue madurando. Alcanza grados de complejidad que se granula con la alterada percepción de un extranjero saudadoso, melancólico. Un ejemplo aquí sería el de un hombre rehabilitado del alcoholismo que habla demasiado bien del sabor de una cerveza que ya no se toma, pero que aun así, con todo y ese carácter dogmatizado, moralizado, atiende y respeta, lo que es bueno.

3)Sin duda, ese grupo de amigos con los que te juntas están pirados y vueltos unas máquinas que podrían hacerla a veces de aspiradoras. Nunca se sabe.

4) Un par de tirolocos, para brindar. una cocacolita, como diría el putón de jaime bayli. agusto. ¿gustas?

5) En este texto me haces lucir, si es que yo soy Franz, puedo presumirlo, insisto, como una máquina que lo consume todo. Un midas que no le teme a los chingazos pero que le teme al contacto físico. Qué ironías.

6) Explótele su rudículo, cabrón. Nada más a uno lo deja como un pinche demente. No se le olvide que usted es el que escribe la historia, demiurgo, maniático. Seguro serás el peor.

7) Bah! qué sí.

8) Bueno. Traigo una colitis tremenda. Contarte algunas cosas. ya. escribir. duele.

atte: Franz

overcast said...

mi cabronazo amigo franz. yo lo dibujo a usted, a mi a ver quién me dibuja. le quiero, para empezar, y sí que duele escribir, pero duele más un chingazo en la cara, un reclamo, la vida pues, que en su flujo mayoritario no tiene ni madres que ver con la literatura ni todas las artes. la vidita tan deliciosa y culera. tan moco debajo de la mesa y tan billete flotando en alguna calle. lo bueno que nos seguimos sorprendiendo, elo madre que nos de colitis o sida o cáncer. elo madre que nadie nos conozca y esto sea una puñetera perdida de espacio. aquí, ya esperando que usted se vaya a cazar mejor tiempo, y que quizá, ese animal grave le de muerte (usted a el o él a usted, no importa). estamos bro. espero esas palabras.