Después del misterio infinito. De torpes suposiciones. De chismes de azotea, hoy, sí, hoy abren de nuevo el Pluma Blanca. ¡Celebremos!
Les dejo un poema dedicado a los desventurad@s que han quedado vencid@s (como si supieran la verdad) por una mujer o hombre cosmopolita en el metro; pero también la dedicatoria va para l@s rurales que han tenido la misma visión en camiones, rutas y caminatas largas. Un poema de Oscar Hahn.
EN UNA ESTACIÓN DEL METRO
Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos
y la perdieron para siempre entre la multitud
Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles
Y quizás el amor no es más que eso:
una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre
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3 comments:
He soñado varias veces que voy en el metro.
Me pierdo entre la gente... despierto sudando frío.
Saludos Afectuosos.
existe dios entonces.
O tal vez es que el amor nunca existió y fue como un oasis en el desierto...
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